SMED (Single Minute Exchange of Die) es una técnica utilizada en el Sistema Lean. Desarrollada por Shigeo Shingō dentro del Sistema de Producción Toyota, se enfoca en reducir los tiempos de preparación de las máquinas, con el objetivo de mejorar el flujo de producción.
La puesta a punto, o cambio de modelo, es un proceso que comprende un conjunto de actividades necesarias para preparar una planta de producción para su uso. Implica la sustitución y/o modificación de determinados componentes y parámetros que conducen a la fabricación de un producto diferente al que estaba en producción.
Se pueden distinguir dos tipos de actividades de puesta a punto:
A su vez, las actividades se clasifican en cuatro categorías:
El objetivo de la técnica SMED(Single Minute Exchange of Die) es minimizar los tiempos de preparación convirtiendo el mayor número posible de actividades internas en externas, optimizando así el flujo de producción y aumentando la eficacia operativa. El método consta de seis pasos, cada uno de ellos dirigido a una optimización progresiva del proceso de utillaje.
El primer paso consiste en recopilar datos e información sobre la configuración actual, planteando preguntas clave:
Para un análisis más preciso, se graba un vídeo de la puesta a punto, detallando cada operación: quién la realiza, el tiempo empleado, el tipo de actividad(Preparación - Cambio - Ajuste - Prueba, P-C-R-T) y las herramientas necesarias.
Se distingue entre las actividades que pueden realizarse con la máquina en marcha(OED - Outside Exchange of Die) y las que requieren tiempo de inactividad(IED - Inside Exchange of Die), primer paso para reducir el tiempo improductivo.
Las actividades OED se organizan de forma más eficaz. Algunas se anticipan, como la recogida de material para su posterior producción; otras se posponen, como el transporte de productos acabados al almacén. El objetivo es eliminar cualquier actividad innecesaria en el tiempo de preparación.
El tiempo dedicado a ajustes y pruebas se reduce al mínimo mediante la normalización de las variables críticas con:
El objetivo es reducir el número de pruebas necesarias e iniciar la producción con parámetros ya optimizados.
Se actúa sobre las actividades de cambio de componentes, reduciendo al mínimo el tiempo de utillaje. Entre las soluciones más eficaces
La última fase tiene como objetivo mejorar la gestión de materiales, herramientas y equipos, sin que ello repercuta en los tiempos de inactividad. Para ello es útil plantearse preguntas estratégicas:
Una vez finalizado el proceso de optimización, es esencial mantener y consolidar los resultados. Para garantizar la sostenibilidad de las mejoras introducidas, es esencial crear normas de funcionamiento claras que definan
Por último, es crucial supervisar el rendimiento mediante KPI específicos sobre el tiempo de preparación. Las herramientas de gestión visual pueden hacer que la medición del progreso sea inmediata y desencadenar acciones oportunas de resolución de problemas en caso de desviaciones de los objetivos.
Encontrará casos prácticos de aplicación de la técnica en nuestras Case History.